Western tale

En medio de la nada, rodeados por el inmenso desierto, ella contemplaba el paisaje muerto.
Aprisionada en su camarote, solo podía pensar en su futuro esposo. La nostalgia la invadía más y más conforme los recuerdos de los buenos momentos que vivió junto a él pasaban por sus ojos, casi tan reales como el tiempo en que sucedieron. Una lagrima broto de sus ojos, llevando su mano a su rostro para limpiarla.
En ese momento, se abrió de golpe la puerta de su camarote. Gorgy, tal vez la escoria más vil del oeste, apareció en el marco de la misma. El hedor a tierra y sudor impregnado en él lo delataban. Sus ojos, observándola de pies a cabeza; deteniéndose en su pecho; con una mirada lujuriosa, hacían que temiese lo peor.
Dio un paso al interior de la habitación, el sonido de sus espuelas eran el inicio de algo atroz para ella. Aterrada, por lo que sucedería a continuación, corrió en un intento desesperado, pero fallido por salir de ahí, cuando este la sostuvo de la cintura con su brazo, levantándola por encima del piso de madera, arrojándola contra los asientos.
Ella forcejeaba por liberarse de su acosador. En vano. La tomo del cuello con una mano, mientras con la otra se adentro por debajo de su vestido. Ella gritaba y luchaba rogando a dios que terminara el sufrimiento.
-¿crees que con esto, tu querido Jack me odie más de lo que ya lo hace, el desgraciado?- El repugnante olor proveniente de su boca y esos dientes invadidos de sarro y caries le causaban aun más temor. Un horror nauseabundo.
Podía sentir su mugrosa mano recorriendo su pierna, adentrándose más a su intimidad. Su otra mano paso de estrujar su cuello a tocar sus pechos. Lo golpeaba tratando de quitárselo de encima, sin éxito alguno. Para el no eran más que empujones.
-O si, estará realmente molesto conmigo cuando se entere. –soltando una ligera risa.
De un fuerte tirón arranco el escote del vestido, dejando al descubierto sus pechos. Los gritos habían cesado, de nada servía luchar,  solo el llanto la controlaba deseando estar muerta antes que ser el juguete de lujuria para el bandido.
De repente, Gorgy se detuvo. Un estruendo lejano, llamo su atención. Disparos provenientes de los vagones posteriores. Se levanto del asiento, dirigiéndose asía la puerta, donde se mantuvo pacientemente con una sonrisa pintada en su rostro.
Ella se arrincono, cubriéndose con sus brazos, rogando por que se fuese, pero se quedo en la puerta. El incesante fuego hacia que Gorgy se emocionara en exceso. Solo había una persona en todo el salvaje oeste capas de retarlo y ese era Jack. Los disparos se comenzaron a escuchar más cerca, era el momento. Él la levanto de un fuerte tirón en el brazo, tomándola del cuello y apuntando su revólver a la sien.
Espero en el pasillo con ella bañada en lágrimas, aguardando por el hombre que tanto anhelaba ver cruzar la puerta. El poderoso estruendo de las armas, por fin ceso, pero nadie cruzo la puerta, en vez de eso, fue derribada por una figura conocida.
Gorgy estaba excitado, todo había salido tal y como esperaba. El alguacil abordo, el tren a tiempo y a la pobre novia de Jack; quien sería su boleto de salida del tren.
-Hola Jack, me da gusto que pudieras alcanzar el tren. -Soltando una risa burlona.
La mirada del comisario se lleno de rabia al ver la escena en la que se encontraba.
-Vamos Jack, ¿Por qué no disparas?, ¿temes que le paso algo a tu mujer? –Soltando una leve risa burlona.
Ambos gatillos esperaban a ser presionados por los dedos temblorosos de él, mientras Gorgy seguía riendo.
La situación se tornaba cada vez más desesperada los enamorados y el villano, saboreando la victoria, no pudo divisar el Winchester que le apuntaba por una de las ventanas delanteras del vagón de donde provenía Jack.
El disparo fue ensordecido por silbato de la locomotora. La bala, siguiendo su trayectoria, rosando la mejilla del comisario e impactando el hombro derecho del bandido haciéndolo caer al suelo, dejando caer su arma y liberando a su presa.
Jack recogió el arma del suelo y de dirigió a Joseline, quien corrió asía él, con sus brazos extendidos. Se sentía segura y feliz al regazo de su amado. Ambos pudieron ver, entrando al vagón, a James con su rifle en mano, asintiendo con la cabeza cuando su atención fue dirigida a Gorgy, quien comenzó a reír mientras llevaba su mano a la herida en su hombro.
Enfurecido, Jack se acerco a Gorgy tomándolo del hombro mal herido, obligándolo a levantarse. James cubría a Joseline con su gabardina mientras la levaba al camarote para que no viese más a Gorgy.
-¿Qué es tan gracioso? Maldita sabandija. –Menciono el alguacil, presionando con fuerza la herida. Gorgy se quejo por el dolor que el alguacil le causaba, pero en instantes retomo su felicidad. –Sigo teniendo la ventaja Jack. –Sonriendo, acompañado de ese olor desagradable. –¿Recuerdas el tren que jamás pudiste encontrar?, ¿lleno de oro?
-¿Que tiene ese tren? –Cada vez más molesto.
Sonriendo de nuevo, Gorgy comenzó a hablar. –Ese tren viene a toda marcha a encontrarse con esté. –Broto otra risa quejumbrosa. –Y no puedes hacer nada evitarlo. –Haciendo de su risa más histérica.
Jack propino un puñetazo en el rostro del asqueroso Gorgy, dejándolo caer al suelo. Entro en el camarote, pasando a James y a Joseline, dirigiéndose a la ventana. La abrió y asomando la cabeza, emitió un chiflido al aire.
-¿Que harás? –Pregunto james mientras él se reincorporaba.
-Asegúrate de que no escape.
-¿Qué piensas hacer? –Ahora era Joseline quien preguntaba, pero no hubo respuesta.
James comenzó a amarrar a Gorgy. Jack, Pensativo, volteo a verla, viendo en sus ojos la preocupación que sentía.
-Salvar este tren. –Contesto al fin.
Subió a la ventana y antes de que ella pudiese detenerlo, dio un salto, desapareciendo de su vista. Al asomarse, fue aliviada al ver a Jack montado en su corcel. Blanco, con su crin rubia; siendo agitada por su continua carrera. Jack agito las riendas y su montura acelero el paso.
El corcel, dando su mayor esfuerzo, empezó a acercarse a la locomotora. Con forme se acercaban, Jack pudo divisar un puente y, a la lejanía; del otro lado; el humo de del tren que había mencionado Gorgy.
"El muy desgraciado decía la verdad"
Jack continuaba su carrera, pero se le acababa el camino. Iban nariz con nariz, locomotora contra corcel en el instante en que llegaron a la orilla, el corcel dio un salto asía las vías del puente.
Para Jack, el tiempo se había detenido, podía ver el vacio debajo de él y la pesada máquina, cada vez más cerca. En un parpadeo, el caballo quedo a la cabeza del tren, sobre el puente, continuando con su carrera frenética.
Jack, extremadamente agitado, pudo ver la palanca de cambio de vías al final del puente. Era una carrera entre los trenes y Jack antes de encontrarse en un desastroso final. Desenfundando una de sus revólveres, apunto minuciosamente, deslizando su dedo en el gatillo y proyectando la primera bala, la cual impacto en la palanca, pero no fue suficiente para que está cambiara por completo las vías.
Apretó el gatillo por segunda vez, pero no se produjo ningún efecto en el arma. "Vacía". Desenfundo su segunda revólver y del mismo modo se produjo un disparo que termino el trabajo del primero, pero todavía había un problema, los trenes estaba demasiado cerca, aun había peligro de colisión. Se le acababan las opciones, tenía que hacer algo y rápido.
Pudo ver otra palanca que desviaba las vías asía el precipicio, pero no tenía tiempo de recargar sus armas y para cuando llegara a acercarse para hacerlo manualmente, seria tarde.
Estaba a punto de salir del puente, cuando recordó el revólver de Gorgy. Lo desenfundo y deposito su sus esperanzas en que no estuvieran los casquillos vacios. Dirigió a su corcel asía la dirección de la otra palanca y jalando el gatillo se produjo un estruendo. Uno, dos, tres balas acertaron y la palanca cambio la ruta del tren de oro. Detuvo la marcha de su caballo y observo con satisfacción como su plan había funcionado.
El tren de oro, fue a terminar al precipicio y el de pasajeros siguió su ruta asía el siguiente poblado.
Jack bajo de su corcel y, abrazándolo, le agradeció su ayuda. Ambos comenzaron su caminata al pueblo donde los esperarían sus amigos, sanos y salvos.